Situación actual y perspectivas

La dirección de este resurgimiento islámico viene determinada por el Gobierno. Se prohíbe cualquier movimiento islámico que cuestione el status quo y suponga peligro para la seguridad del país. El Sultán, en común con otros
miembros del Gobierno, advierte regularmente a la población de tener cautela con las desviaciones de la enseñanza islámica.
El escándalo financiero producido por el colapso del conglomerado empresarial AMEDEO en 1998 y la mala gestión de la Brunei Investment Agency (BIA) puesta de manifiesto en 2000, erosionaron la imagen pública de la familia real
toda vez que el controvertido y excéntrico Príncipe Jeffri, el hermano menor del Sultán, se encontraba al mando de ambas instituciones. Con el exilio del Príncipe Jeffri, el Sultán y el Gobierno reafirmaron su voluntad de dotar de mayor transparencia y honestidad a la acción pública. El moderado criticismo interno surgido como consecuencia de estos hechos, se ha ido suavizando ante la mejora de la actividad económica experimentada a partir de 2000. En todo caso, son todavía numerosas las asignaturas pendientes en materia de apertura y diversificación productiva que debe acometer el sultanato si quiere asegurarse la competitividad económica y la prosperidad futura de su población.
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